Es muy fácil a lo largo del día perder nuestra esencia única y conexión con el corazón, los ritmos naturales de cada uno dentro de la sociedad se ven mermados por las prisas, los horarios de trabajo o estudio, varias de las obligaciones diarias obstaculizan el flujo natural de cada uno de nosotros, no suelen ser respetuosas con los ritmos y tiempos evolutivos que son tan variados en nosotros a cada instante; inclusive si nos agobiamos y ponemos nuestra atención activa en el tiempo; podemos percibir que este avanza más rápido; mientras nosotros nos adentramos en una carrera de hacer o tener. Un constante desgaste emocional y físico se va apoderando y perdemos la condición de humanidad, llegando a un punto donde nos exigimos prácticamente ser máquinas eficaces para alcanzar diferentes cometidos cuando en realidad llegamos a tener no significando nada o estando vacíos en el proceso de lo que hacemos. Entonces ¿cómo atendemos a lo que nos pide el cuerpo, el alma o nuestro ser? ¿Cómo podemos hacerlo? Te doy algunas ideas, recuerda modificarlas a tus gustos y ponerle tus propios toques especiales.
Lo primero es buscar espacios de silencio, minutos donde te hagas una simple pregunta: ¿Qué le apetece a mi ser hoy? ¿Qué necesita mi cuerpo en este momento? Fórmulate preguntas que te lleven a atenderte, mimarte, cuidarte o darte felicidad y paz; y en la medida de lo posible permítete cubrir esas necesidades; darte esos momentos cambia de inmediato el propósito de tu día haciéndote más presente en cada actividad que realices y, por lo tanto, pondrás tu esencia en cualquier momento y espacio aportando tu chispa única en este mundo.
Hay maneras universales de hacer conexión contigo mismo; algunas pueden ser: tomar baños en el mar, río o inclusive una buena ducha con música y velas te proporciona un momento especial. Comiendo lo que en el momento a tu cuerpo le apetece sin pensar en culpas, estoy segura que si lo escuchas será algo rico y saludable 😉; Dar paseos al aire libre, caminar en la tierra, arena o pasto descalzo, escuchar música que te llene el alma (frecuencias armónicas), contemplar la naturaleza, hacer jardinería, respirar con atenciones activas tu cuerpo, bailar, reír y estar calmada. Hay instantes en la clave porque aquí lo que importa eres tú y encontrar esa armonía y ser en plenitud.